Post 114:La Inevitable Transformación Digital del Marketing del Vino

Al igual que sucede en otros sectores, los viticultores y, por supuesto, la gente de marketing y de ventas, que trabajamos en este sector, nos enfrentamos a los retos que plantea el cambio climático, la creciente demanda de los consumidores y la dependencia de las cadenas de suministro, pero las tecnologías como la Realidad Virtual, la Realidad Aumentada, la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas o el Blockchain, ayudarán a crear nuevas soluciones, así como a impulsar la eficiencia y reducir el impacto ecológico, entre otros.

Para aquellos que somos “disfrutadores” habituales del vino —no solo consumidores ni degustadores—, no nos sorprende encontrar un par de cientos de bodegas y vinícolas que afirman crear grandes vinos, en enormes fincas, tradicionalmente operadas por visionarios brillantes, a lo largo del tiempo. Sin embargo, la realidad hoy es que, crear un gran vino no es suficiente para el “taster-persona” intergeneracional, que es el origen y destino de nuestros vinos. Y es que ahí empieza todo, en el conocimiento profundo de quién o quiénes prueban, consumen, compran y disfrutan nuestros preciados “caldos”, y la experiencia que éstos conllevan, más allá de la experiencia organoléptica o de degustación, propia de lo físico-real. Las tendencias de consumo de vino nos dicen que una marca debe conocer a sus clientes, entender lo que quieren y cumplir su promesa de forma fluida y eficaz. Puede tener una historia interesante que contar, pero asegúrese de involucrar a sus clientes en su historia, no solo pasada, sino de la que está por acontecer en los próximos años.

Las tendencias de consumo de vino nos dicen que una marca debe conocer a sus clientes, entender lo que quieren y cumplir su promesa de forma fluida y eficaz. 

Y sí, es cierto que cuando pensamos en el negocio del vino, las imágenes que nos vienen a la mente pueden ser más de viñedos extendiéndose por la campiña francesa y procesos tradicionales y ancestrales más que de robots y transformación digital. Pero lo cierto es que el sector vinícola siempre ha estado impulsado por la ciencia, la tecnología y la innovación. Hoy, como no podría ser de otra forma, las cosas no son diferentes. La última ola de cambios impulsados por la tecnología se centra en la realidad virtual (VR), la inteligencia artificial (IA), el internet de las cosas (IoT), la realidad aumentada (AR) y el blockchain, que implican una corriente paralela de ingresos, que aportarán nuevas dimensiones de rentabilidad, para aquellos que desafíen el status quo del sector, como “early-adopters” de la Industria. Una Industria que más temprano que tarde, terminará colonizando esos entornos digitales. La pregunta relevante es entonces: ¿quién se beneficia más de una colonización, los que llegan temprano o los que llegan cuando todo está ya descubierto?

La pregunta relevante es entonces: ¿quién se beneficia más de una colonización, los que llegan temprano o los que llegan cuando todo está ya descubierto?

Al igual que sucede en otros sectores, los viticultores y, por supuesto, la gente de marketing y de ventas, que trabajamos en este contexto, nos enfrentamos a los retos que plantea el cambio climático, así como a la creciente demanda de los consumidores y la dependencia de las cadenas de suministro, pero las tecnologías que ya hemos comentado, ayudarán a crear nuevas soluciones, así como a impulsar la eficiencia y reducir el impacto ecológico, entre otros. 

Por si fuera poco, la mezcla de estas tecnologías, está dando lugar a nuevas formas de experimentar el consumo de vino por parte de los consumidores. En el Metaverso 1.0, las posibilidades de explotación del producto vino, se expande a cualidades físicas-virtuales, como la apropiación de características o cualidades de nuestro vino, que afectarán a las características físicas-virtuales de nuestros avatares.

El hecho de que los NFT sean «no fungibles» —es decir, únicos— es lo que los hace valiosos, ya que pueden vincularse a artículos del mundo real (como, por ejemplo, una botella de vino) y utilizarse como certificado de autenticidad o procedencia. 

Pero… No nos vayamos tan lejos, cualquiera que esté atento a las tendencias del sector del vino y las bebidas habrá detectado el impacto que ya está teniendo el blockchain y, en particular, la tecnología NFT. El hecho de que los NFT sean «no fungibles» —es decir, únicos— es lo que los hace valiosos, ya que pueden vincularse a artículos del mundo real (como, por ejemplo, una botella de vino) y utilizarse como certificado de autenticidad o procedencia. ¿Puede imaginarse, por un momento, las posibilidades ilimitadas de explotación que tiene este nuevo contexto comercial? Solo por pensar en corto, podrían venderse como obras de arte coleccionables inspiradas en grandes vinos del mundo real. Esto seguro es cosa del futuro… ¿o no? Pues, a saber, BitWine, es una colección de 1.000 vinos diseñados enteramente para entornos digitales, por la sumiller Lauren Vaile y que se comercializan solo como experiencia virtual. Y es que, si, al fin y al cabo, todos vamos a vivir, tarde o temprano, en el Metaverso, ¿por qué no tener una bodega repleta de vinos virtuales para presumir ante nuestros amigos cuando vengan a visitarnos a nuestra casa o a nuestra vinícola virtual? Cada uno de esos vinos en NFT, se subastan y venden a precios valorados entre los 300 y los 3,000 dólares, dependiendo de sus múltiples características y efectos derivados de su consumo por parte de nuestro avatar. Y ahora… ¿puede comenzar a imaginar las oportunidades que se podrían desarrollar?

Por ejemplo, Bodegas Dominio del Pidio es la primera bodega española que lleva su negocio al metaverso, posicionándose como líder en el uso de las nuevas tecnologías para que sus clientes y usuarios tengan una experiencia digital única. Y aún así, si somos de los que preferimos invertir nuestro dinero en vino real, existen los NFT vinculados a botellas de vino reales, mismas que están almacenadas de forma segura, lo que significa que si el propietario quiere beberlas, puede cambiar el NFT por la botella, o si simplemente quiere venderla para obtener un beneficio, puede pasar el NFT al nuevo propietario, a cambio del precio que éste quiera establecer y que su cliente quiera pagar.

Y ¿por qué no crear una “criptomoneda”, fundamentada en el valor de los vinos? ¿Por qué no financiar la producción de un vino, mediante su división en participaciones de NFTs de varios o muchos “inversores” virtuales, que se conviertan en embajadores digitales de la marca y que no sean simples compradores, sino extensores de nuestra Marca? ¿Por qué no…?

En resumen, aunque estemos en la prehistoria de estas tecnologías, al fin y al cabo se trata de ser pioneros y estar donde estén nuestros clientes, así como conocer todo lo que podamos sobre ellos y sobre por qué les gusta nuestro negocio de vinos —y, más aún, por qué no les gusta—, por qué se sienten conectados a nuestra marca y qué rol jugamos en sus vidas. Esta información es increíblemente valiosa a la hora de crear una historia de marca, no solo la que ya hemos escrito, sino la que tenemos por escribir. ¿Se atreven?

Publicado por obhsterblog

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